Holgura en las correas, filtros en mal estado o fuga en el sistema de sobrealimentación, entre los fallos más ruidosos.

Prevenir averías graves que requieran operaciones de envergadura en el taller o que dejen tirado en la carretera es el deseo de todo conductor.

En muchas ocasiones, escuchar los sonidos del coche que resultan anómalos pueden servir para detectar fallos incipientes en los diferentes sistemas.

Talleres Safety Car recuerda los ruidos que generan las averías más habituales, que pueden ayudar a los conductores a reconocer que algo falla en su vehículo y, por otro lado, pueden dar una pista al profesional de la reparación de qué avería pueda tener.

Independientemente del tipo de ruido, conviene establecer patrones; es decir, si ocurre con el motor en frío, en caliente, en todas las circunstancias, de dónde proviene y qué pieza puede ser la afectada.

Uno de los ruidos más sencillos de reconocer para usuario y profesional es cuando la batería se está agotando: al arrancar el coche en frio suena como si girara a cámara lenta.

En este caso, la web recuerda que esto puede ocurrir si ha pasado mucho tiempo desde el último cambio de batería y esta nunca se ha sustituido, si el vehículo ha estado parado un periodo considerable o si la temperatura ambiente es baja. «Si el sonido no cambia tras cargar la batería, es recomendable acudir al taller», señalan.

Otro sonido conocido se produce, si con el motor en marcha, escuchamos un ralentí irregular. Aquí se aconseja cambiar los filtros de aire y gasoil, así como comprobar que no hay obstrucciones. «Y ante la duda, lo mejor es ir al taller para descartar una avería mayor», apuntan.

Si el motor arrancado en frío emite un sonido continuo en la parte superior y al mismo ritmo del motor, es que hay un problema de holgura en las válvulas.

Si un conductor acude al taller porque escucha un sonido irritante y estridente en la parte delantera y con el coche en marcha, todo indica que alguna correa (distribución o servicio) no está en buen estado. «Normalmente, las revisiones de mantenimiento evitan este tipo de problema», señalan desde la web.

Por otro lado, otro ruido muy conocido, y que avisa de que ha llegado el momento de sustituir las pastillas de freno, se produce cuando al pisar el pedal de freno se oye un crujido o rozamiento.

El silbido es uno de los sonidos más temidos por los conductores con vehículos con motores que montan turbo. Y es que es indicativo de un fallo o fuga en el sistema de sobrealimentación.

Por último, los sonidos graves tipo clonk son habituales cuando existe holgura en algún elemento de la suspensión o la dirección. Puesto que son varios los posibles culpables de este ruido, «lo mejor es acudir a un profesional para que determine la operación más adecuada», concluyen desde la web.